Perros imperturbables conducen a los muertos por nueve ríos infernales hasta el inframundo azteca, En el Mictlan (que en español quiere decir: Lugar de los muertos) imperan el dolor, las tardes sombrías, la insondable tristeza. En vez del fuego eterno del infierno cristiano, sus moradores están perpetuamente condenados a una heladez espantosa. La comida ( si la hay) es detestable: tamales colmados de pinacates y plantas ponzoñosas. Los dioses del inframundo ( Mictlantecutli y Mictlancihuatl) devoran manos y pies, su sopa es el pus, que beben de una calavera.
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