lunes, 17 de mayo de 2010

Sobre niños malvados


En 1960, Wolf Rilla escribió y dirigió una obra maestra, El pueblo de los malditos, donde el héroe tiene que morir para salvar al mundo de una plaga de niños superdotados capaces de obligar a cualquiera a dispararse en el rostro sólo con el pensamiento. Desde el principio estamos enganchados en un ambiente de perversión y miedo que va haciéndose espeluznante, hasta llegar al momento apoteósico del final. Se trata de una película de bajo costo, pero realizada con talento magistral.

Otro caso de niños que provocan horror es El señor de las moscas, de Peter Brook, una cinta bien concebida desde el guión, adaptación de la novela de William Golding, hasta la realización de cada toma y encuadre, pues tienen la virtud de estar fotografiadas como todo el cine de Brook, sujetándose a los cánones de la sección áurea. Los otros, de Alejandro Amenábar, no es una película de niños malvados, pero sentimos desde el principio que hay algo anormal en ellos que los hace inquietantes.

Los niños son un buen pretexto para hacer películas de terror en cualquier parte del mundo. El cine mexicano produjo en 1968 El libro de piedra, de Carlos Enrique Taboada, donde los niños son testigos de cómo su imaginación es capaz de materializar el horror. Imposible pasar por alto la violenta posesión, aunque un tanto arbitraria, de la niña de El exorcista, de William Friedkin.

Un buen pretexto para hablar de grandes películas es una mala. De Los niños no hay nada que decir que valga la pena, pues no tiene inventiva dramática, los niños se vuelven matones porque adquieren, con poca imaginación fundamentada en la dramaturgia, un virus que los trastorna y los convierte en asesinos de sus padres. Cuando los acontecimientos en una película suceden con tanta arbitrariedad desde el primer acto, todo se hace previsible y obvio y, por lo tanto, no asusta a nadie. Lo único que agradecemos de este bodrio es que nos permitió recordar a los niños malvados de algunas buenas películas.


Los niños (2008, Reino Unido), de Tom Shankland. Con Eva Birthistle y Freddie Boath.

Jorge Gallardo de la Peña

en la imagen Death of Innocence por takeru-san

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