Se cuenta en un modesto pueblo al norte del país, de un hombre que nació en tiempos anteriores a la Independencia y que tenia una extraña relación con la muerte.Aseguraba que veía cosas que para el resto de la gente eran invisibles.Para muchos esto puede ser un don, pero para el que lo tiene esto puede ser una maldición.
Gregorio era un hombre humilde y solitario que desde pequeño conoció de cerca a la muerte. En una epidemia en su niñez le toco enterrar a toda su familia solo con la ayuda de su madrina ciega, que se llamaba Juana y ya casi no recordaba. Desde aquel tiempo reconocía el rostro de aquellos niños que iban a morir pronto. Decía que cuando una catástrofe se avecinaba, veía correr unos caballos negros con ojos rojos como la sangre y casi en los huesos. Los veía pastar en los cementerios. Decía que se adelantaban a su patrona, que no tardaba en llegar.
Gregorio se acobardaba cada vez que tenia estas visiones y salia corriendo de los lugares donde iban a haber desgracias y muertes. Así se la paso vagando de lugar en lugar. Muchos le temían, pues decían que atraía las desgracias.
Huyo mas años de los que podía recordar. Una noche se detuvo a descansar y se miro las manos. Se sorprendió de lo viejas y arrugadas que estaban. Sentía que había estado errante siglos enteros. Esa misma noche encontró a los caballos en un cementerio recién colmado de difuntos que habían fallecido en la revolución. Cansado, permanecio un rato ahí hasta que le tocaron el hombro. Detrás de el apareció pequeña y encorvada su madrina Juana y detrás de ella una carreta llena de muertitos que ella llevaba. Le dijo:-M'ijo, cuanto tiempo que no te veo-Juana se acerco a el riéndose y mostrándole las cuencas vacías de sus ojos.
Gregorio le respondió:
- ah, con que eres tu la dueña de estos caballos. ¿por que me has estado siguiendo todos estos años madrina?-
La vieja se mostraba cada vez mas oscura pero seguía sonriendo
-pos no ves que estoy ciega. tu me has guiado y yo he hecho mi trabajo como debe ser: sin ver ni a quien ni en donde.-
Gregorio se sintió muy cansado y volvió a mirarse las manos y reflexiono:
-Ya ha pasado mucho tiempo, todo ha sido como un terrible sueño y ya estoy cansado de caminar.-
Juana se le acerco tiernamente y le consoló:
-M'ijo no te preocupes , ya todo paso. Hoy he venido por ti-
Dicen que la madrina Juana siempre halla quien la guié y que hay que tener cuidado, pues como dice el dicho, "nadie sabe para quien trabaja".
en la imagen. Ghost por Alfredo Caceres
Gregorio era un hombre humilde y solitario que desde pequeño conoció de cerca a la muerte. En una epidemia en su niñez le toco enterrar a toda su familia solo con la ayuda de su madrina ciega, que se llamaba Juana y ya casi no recordaba. Desde aquel tiempo reconocía el rostro de aquellos niños que iban a morir pronto. Decía que cuando una catástrofe se avecinaba, veía correr unos caballos negros con ojos rojos como la sangre y casi en los huesos. Los veía pastar en los cementerios. Decía que se adelantaban a su patrona, que no tardaba en llegar.
Gregorio se acobardaba cada vez que tenia estas visiones y salia corriendo de los lugares donde iban a haber desgracias y muertes. Así se la paso vagando de lugar en lugar. Muchos le temían, pues decían que atraía las desgracias.
Huyo mas años de los que podía recordar. Una noche se detuvo a descansar y se miro las manos. Se sorprendió de lo viejas y arrugadas que estaban. Sentía que había estado errante siglos enteros. Esa misma noche encontró a los caballos en un cementerio recién colmado de difuntos que habían fallecido en la revolución. Cansado, permanecio un rato ahí hasta que le tocaron el hombro. Detrás de el apareció pequeña y encorvada su madrina Juana y detrás de ella una carreta llena de muertitos que ella llevaba. Le dijo:-M'ijo, cuanto tiempo que no te veo-Juana se acerco a el riéndose y mostrándole las cuencas vacías de sus ojos.
Gregorio le respondió:
- ah, con que eres tu la dueña de estos caballos. ¿por que me has estado siguiendo todos estos años madrina?-
La vieja se mostraba cada vez mas oscura pero seguía sonriendo
-pos no ves que estoy ciega. tu me has guiado y yo he hecho mi trabajo como debe ser: sin ver ni a quien ni en donde.-
Gregorio se sintió muy cansado y volvió a mirarse las manos y reflexiono:
-Ya ha pasado mucho tiempo, todo ha sido como un terrible sueño y ya estoy cansado de caminar.-
Juana se le acerco tiernamente y le consoló:
-M'ijo no te preocupes , ya todo paso. Hoy he venido por ti-
Dicen que la madrina Juana siempre halla quien la guié y que hay que tener cuidado, pues como dice el dicho, "nadie sabe para quien trabaja".
en la imagen. Ghost por Alfredo Caceres
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