domingo, 17 de julio de 2011

Culto a Santa Muerte cruzó fronteras de México: Gil Olmos


México • La Santa Muerte, una imagen esquelética vestida de mujer, cuyo culto ha crecido de forma acelerada en todos los sectores de México, se ha expandido fuera de las fronteras del país con adeptos en Estados Unidos, Canadá, Centroamérica e incluso en Europa, dijo hoy a Efe el escritor José Gil Olmos.

"Este culto que nace en México y se expande en las dos últimas décadas es uno de los fenómenos religiosos de mayor crecimiento, y ahora también tiene un impacto en otros países", precisó Gil en entrevista con Efe para dar a conocer su nuevo libro "La Santa Muerte, la virgen de los olvidados" (colección Debate, Random House Mondadori, 2010).

Gil explicó que la propagación del culto fuera del país se dio principalmente por la emigración económica de mexicanos adeptos de la Santa Muerte que buscan mejores condiciones de vida, pero apelan a la protección de esta deidad debido a que su vida corre peligros al cruzar desiertos, ríos, o por la violencia de criminales y autoridades.

El escritor, quien también ha publicado "los Brujos y el Poder", indicó que se tienen documentados casos de adoración en Italia, donde un grupo de mexicanos practica sus ritos, o el caso de una familia de alemanes que se ha sumado a las filas de este culto y anualmente visita los principales altares en México.

Gil indicó que en Centroamérica la devoción por la imagen ha sido impulsada por los miembros de las bandas marasalvatruchas, que son extremadamente violentas y buscan la protección de la Santa Muerte.

El autor dijo que la Santa Muerte también es la virgen preferida de muchos delincuentes, de narcotraficantes, de pandilleros, cuya vida está en riesgo en cada momento y buscan su protección ante la violencia cotidiana en que viven.

Aclaró que las nuevas legiones de adoradores de la nueva deidad con rostro esquelético y túnica negra, no sólo son emigrantes, delincuentes, prostitutas, policías o sectores sociales marginales y desprotegidos, sino que hay cada vez más clases medias, entre estos políticos, actores, cantantes, comerciantes, entre muchos otros.

Gil afirma que entre los adoradores de la Santa Muerte, a la que llaman "Niña Blanca", se encontraba la misma actriz mexicana María Félix "quien era asidua del mundo esotérico y a este culto", e incluso existe la versión de que fue "vestida y sepultada para rendir su último tributo".

Añadió que otro famoso adorador de la Santa Muerte es el actual Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, quien según ex colaboradores mantiene una figura de la "Flaquita" a quien se encomienda cuando encabeza operativos peligrosos contra la delincuencia.

Entre otros políticos citados en el libro está la presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo, cuyas inclinaciones por ritos esotéricos y de brujería han sido divulgados por el mismo autor en sus anteriores libros.

Gil indicó que los registros del culto de la Santa Muerte se remontan a 1795, cuando los indígenas adoraban un esqueleto al que llamaban Santa Muerte en un poblado del centro del país, y hay testimonios de que este culto permaneció oculto en los últimos dos siglos.

"Es a partir de la crisis económica de 1995, cuando la adoración de la Santa Muerte sale de sus altares dentro de las casas, para invadir las calles y encabezar procesiones y fiestas públicas religiosas de varios miles de asistentes, como las que se celebran en el barrio bravo de Tepito, en el centro de la capital mexicana", dijo Gil.

El escritor coincide con la historiadora y restauradora de arte Katia Perdigón al señalar que el culto a la Santa Muerte tuvo un incremento explosivo a partir de la crisis económica de 1995, que devastó el patrimonio de millones de mexicanos.

Gil explicó que en las devociones a otros santos, las personas piden solución a problemas personales, milagros ante una enfermedad, encontrar personas perdidas, recobrar un amor ingrato; en cambio a la "Santa Muerte" la mayoría de ruegos son de carácter social como encontrar trabajo, solucionar problemas de dinero, "es decir que piden soluciones para problemas que no ha cubierto la política social del Estado".

Gil recordó también que en el mercado de Sonora de la capital mexicana, uno de los principales en el país donde se comercializan objetos de culto esotérico, las ventas de la imagen de la Santa Muerte sólo es superada por las de la Virgen de Guadalupe, considerada la Patrona de los mexicanos.