viernes, 29 de abril de 2011

"Preferimos comprar milagros a morir de cáncer"


“Estoy desesperada. Hace unos meses me diagnosticaron cáncer en uno de mis pulmones y pese a que estoy recibiendo quimioterapia, muchos amigos me han dicho que empiece a tomar medicina alternativa que pueda fortalecer mi cuerpo para combatir a la enfermedad de manera natural y así poder tener fuerzas para seguir con mi tratamiento”, manifestó María Osnaya, vecina de la colonia Las Palomas en Tlalnepantla.

Sin embargo, con el pretexto de contar con milenarias recetas que le han salvado la vida a miles de personas e incluso han sido investigadas por cientos de científicos, diversos comerciantes, “curanderos” y “chamanes” del estado de México, han comenzado a vender milagrosos productos 100 por ciento naturales capaces de curar el cáncer.

En un recorrido de EL UNIVERSAL Edomex por diversos mercados ambulantes y centros homeopáticos ubicados en municipios como Coacalco, Ecatepec, Nezahualcóyotl y Tlalnepantla, entre otros, se constató que diversos vendedores ofrecen estos tratamientos naturales que, con su constante consumo, combaten, e incluso, evitan cualquier tipo de cáncer, los cuales pueden ser usados por cualquier persona.

De acuerdo a algunos de estos “curanderos”, una de las recetas infalibles para combatir este mal es ingerir diariamente un cápsula de víbora de cascabel, a la cual, que se le corta tanto la cabeza como el mismo cascabel; se le quita la piel y las vísceras; y finalmente, se pone a secar al sol para que su cuerpo pueda ser molido cuando está seco, ya que según el tipo de cáncer, se debe tomar desde una a tres cápsulas al día.

Asimismo, los vendedores aseguran que “es muy importante que la persona que utilice este remedio no tome ningún tipo de medicina complementaria, pues se dice que la serpiente de cascabel es muy celosa y con cualquier analgésico o medicina extra; ‘se pierden’ sus efectos curativos”.

Otra de las recetas habituales que estas personas ofrecen a sus clientes son las llamadas bebidas o pociones “milagrosas”, que son realizadas con productos 100 por ciento naturales, que van desde licuar trozos de sábila con miel, aguardiente u otro tipo de bebida alcohólica (ron, vodka, tequila, etcétera), que haya sido previamente destilada.

Finalmente, diversos “chamanes” también ofrecen el llamado Escozul, tratamiento supuestamente creado por médicos cubanos y cuyo ingrediente principal es el veneno de escorpión azul, ya que dentro de sus múltiples cualidades, “puede ayudar a curar totalmente a personas que padecen tanto diabetes como cáncer con su uso constante”.

No obstante, para Federico Suárez, quien reside en Nezahualcóyotl, “es una verdadera burla la forma en la que estos charlatanes se la pasan a engañando a las personas que, desesperadamente, están buscando cualquier remedio que les permita poderse curar de esta enfermedad, por lo que estas personas se la pasan abusando de las desgracias ajenas sin que las autoridades hagan algo por evitarlo”.

Aunado a esto, investigaciones del Centro Oncológico del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM), han señalado que los medicamentos genéricos y similares son inservibles para combatir el cáncer, lo que ocasiona severos golpes económicos en los bolsillos de los pacientes debido al alto costo de tratamientos como quimio y radioterapia.

De acuerdo a José Luis Barrera Franco, director del Centro Oncológico del ISSEMyM, actualmente hay medicamentos que pueden costar hasta 385 mil pesos para un solo tratamiento; razón por la que los gobiernos no declaran a esta enfermedad como una prioridad en el sector salud por su elevado costo.

Asimismo, Barrera Franco manifestó que el único aparato de radioterapia que existe en la entidad mexiquense tuvo un costo de 36 millones de pesos, pero actualmente, el costo de los nuevos equipos que ayudan a combatir este padecimiento pueden rebasar los 100 millones de pesos.

Emmanuel Suberza
29 de abril 2011
11:01

martes, 19 de abril de 2011

Crece el fervor por el Santo Niño Cautivo; que protege de la violencia


CIUDAD DE MÉXICO, 12 de abril.- Ante el aumento de la violencia y los secuestros, la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México abrió el altar del Santo Niño Cautivo, representación del Niño Dios que se encuentra en el recinto religioso desde hace más de cuatro siglos.

En los últimos años, debido al incremento de las adicciones y de la inseguridad en el país ha tomado fuerza la devoción a esa representación de Jesús. A sus pies llegan peticiones de todo tipo y de diferentes partes del país.

De acuerdo con fuentes de la Catedral de la Ciudad de México, en un principio se acudía a esta imagen para solicitar la liberación de la boca de los niños que no podían hablar; de los presos que purgaban condenas injustas y de quienes eran esclavos del alcohol.

Más tarde, se pidió también por la libertad de los adictos a las drogas, pero en los últimos años son comunes las peticiones para encontrar personas extraviadas, para que algún migrante regrese con bien a los brazos de su familia, pero sobre todo para solicitar la libertad de una persona secuestrada.

Muchos son los testimonios de agradecimiento por los favores recibidos que pueden apreciarse en la Quinta Capilla de la Catedral Metropolitana, donde el Santo Niño Cautivo tiene un lugar muy especial.

De acuerdo con Teresa Bermúdez, guías de turistas de la Catedral, algunos fieles han dado testimonio de que algún familiar secuestrado ha sido liberado, incluso sin el pago del rescate.

También recuerda el caso de un niño perdido en el Zócalo capitalino que fue recuperado luego de que su madre pidiera ayuda al Niño Cautivo y el de un indocumentado que había sido dado por muerto, pero que tras haber sido encomendado al Santo Niño, apareció con vida.

Todos vinieron juntos a darle gracias y a traerle flores, agrega Teresa Bermúdez, quien ha sido testigo de cómo en los últimos años esta devoción a la figura ha crecido por el incremento de la seguridad que se vive en el país.

jgm

2011-04-12 14:35:00

martes, 12 de abril de 2011

Santería contra el narco


Tijuana.- A muchos policías de Tijuana no les basta tener chalecos antibalas y fusiles de alto poder para combatir y protegerse del narco. Por ello han decidido echar mano de herramientas poco ortodoxas: en las playas tijuanenses realizan rituales de santería afroantillana y se ponen tatuajes que —aseguran— los protegen del poder del crimen organizado.

El oficial Elías Gutiérrez, miembro de los cuerpos de élite de la policía tijuanense, narra a MILENIO Televisión y MILENIO Diario que incluso sus tatuajes y los ritos que practica le han salvado la vida: dice que una vez se libró de ser decapitado:

“Me iba a ir con unos compañeros con los que normalmente hacía patrullajes en un autobús que solía llevarnos, pero esa noche, en vez de irme con ellos, me fui a tomar unas cervezas con otras personas. A mis compañeros los levantaron. No lo supe hasta la mañana siguiente, pero de alguna manera lo sabía: en la noche soñé con tres cuerpos decapitados. En la mañana me informaron que sí, que les habían cortado la cabeza. Entonces esta protección hace que no estés en el lugar que no debes estar, te cuida y te salva.”

Otro integrante de los grupos de élite que no quiere ser grabado narra que en un tiroteo mataron a sus compañeros, pero él esquivó las balas. “Ellos no tenían tatuajes y yo sí, eso fue lo que me libró”, jura.

Usualmente los ritos que efectúan los policías se llevan a cabo en las playas de Tijuana en las noches de luna llena. El fenómeno fue descubierto por trabajadores de limpieza del municipio que hallaban cada mes cuerpos de pollos desechos. La sangre de las aves es utilizada por los agentes para embadurnarse el cuerpo.

El oficial Gutiérrez explica cómo llegó a la decisión de tatuarse y participar en tales rituales: “Nosotros nos dimos cuenta de que los narcos andaban por aquí y por allá, y que no les pasaba nada. Era por sus ritos narcosatánicos y de culto a la Santa Muerte.

“Entonces, algunos decidimos hacer santería y otros ponerse tatuajes de protección. Me dice mi santera que los ritos y los tatuajes te estimulan como un angelito que te pica en el pie para que reacciones y te quites del lugar de peligro, por ejemplo, para que te agaches en un momento que va a pasar una bala.”

Entrevistado en un pequeño búnker desde donde observa algunas calles céntricas, el policía de élite, quien fue militar cuatro años, asegura que estos instrumentos le dan una especie de sexto sentido para combatir la delincuencia:

“Vas por la calle y sientes quién anda mal. Dices: ‘Este que va ahí’, y ¡bingo! Lo agarras. ‘Esos que andan por allá’ y… ¡bingo! Es como un sexto sentido. Por eso hemos decomisado droga, capturado sicarios y las cosas se nos han ido dando bien…

En tiempos de guerra contra el narco, hasta tatuajes y ritos santeros para salvarse…

***

Entrevistado en su pequeño local, el santero cubano Eddy Carrillo, quien realiza con los policías algunos rituales yoruba, en los que se invocan diversas divinidades protectoras, advierte:

“No son escudos, no son corazas, depende de que ellos actúen bien, honestamente, y no se metan en ambientes negativos. Lo mismo ocurre con los collares y amuletos que les damos.”

El santero explica el significado de sacrificar pollos y cubrirse con su sangre: “El ave, si es un gallo que se escogió por ser líder en su corral, por no permitir que ningún gallón lo moleste, por tener muchas y buenas gallinas, se usa como intercambio: el que hace el rito se transforma en ese gallo líder a través de la sangre que se embarra. Pero, insisto, no es un escudo ni una coraza”.

Pero los policías están convencidos de lo contrario. El Rancho, un tatuador, explica en su negocio que algunas de las imágenes que les hace son de divinidades de la guerra que les ayudan a sentirse protegidos:

“Yo no escojo ni las imágenes de los santos ni las firmas que traen (una especie de jeroglíficos): sólo se las hago en brazos, espalda, cuello, pecho o piernas. A veces me comunican con sus santeros y me explican qué colores poner: por ejemplo, como aquí (traza una cabeza en un papel), que es un niño bañado en sangre con un clavo en la cabeza. Y ellos están seguros de que eso los protege de metales y hasta balas.”

Aunque al final algunos, como el propio policía Gutiérrez, no dejan de echar mano de métodos más tradicionales:

“Además de lo otro, yo sí le pido a la Virgen de Guadalupe. ‘Mamita, ayúdame’, le digo. Y a mi pistola también le ruego: ‘No me falles, no me falles cuando disparo’”, señala el agente tijuanense.

Juan Pablo Becerra-Acosta M.

sábado, 9 de abril de 2011

Brujería, alternativa en tiempos de crisis


Monterrey, NL.- Pese a la modernidad y los avances de la tecnología, entre los habitantes de Monterrey hay un retorno al animismo, gracias al cual consultan a chamanes o curanderos con la finalidad de resolver diversos problemas desde económicos, de seguridad, salud o sentimentales.

De hecho, ante las presiones de la vida cotidiana suelen ser los personajes más solicitados para personas ávidas de hacerse de algún amuleto o participar en ritos ancestrales para atraer la buena suerte, prosperidad o al ser deseado.

Aunque la brujería en todas las comunidades pasa por una lógica terapéutica o por la solución a una enfermedad, cada vez es más frecuente que se le busque como respuesta a otras necesidades y vacíos de la sociedad.

Así lo considera el antropólogo social Roberto Rebolloso, para quien en los grandes momentos de crisis históricas y regionales, los pueblos persiguen soluciones a partir de este tipo de prácticas.

“La brujería responde no sólo a la enunciación de complejos mundos cosmogónicos, sino también a condiciones totalmente objetivas, las comunidades responden también a las presiones sociales y éstas son formas de cauce. La brujería es una expresión en momentos críticos de las culturas”, explica.

El investigador cita que, en medio de la crisis por devaluación en la década de los 80, se pusieron de moda los ritos narcosatánicos, así como una ola de santería cubana, y más recientemente, el auge del culto a la Santa Muerte.

A lo largo de su trabajo, el especialista ha encontrado que es enorme la diversidad de personajes, formas y nombres en las comunidades para designar a quienes llevan a cabo los rituales.

“Hablamos de un gran número de especialistas y rituales, una gran cantidad de oficios, un conocimiento que es múltiple y que nuestra sociedad occidental en su ánimo de traducir los reduce o simplifica en magia buena y magia mala, magia blanca o magia negra”, precisó.

Brujo, santero, curandero, chamán –palabra que tiene más un uso desde la antropología–, adivino, tecocol –el que sabe hablar–, son algunas designaciones.

El sentido de su uso tiene que ver, a veces, con lo que el creyente busque. Por ejemplo, el antropólogo Pablo Gaytán cuenta que en Temoaya, comunidad del Estado de México, se presentó un caso de una mujer que a la hora de pagar por un trabajo para alejar al novio de su hija, mencionaba que buscaba a un curandero. No obstante, el novio no lo verá como obra del curandero, sino de un brujo.

Sólo por mencionar, un “brujo” del mercado Juárez no anuncia los “amarres” como trabajos de brujería, sino como oficios ligados a la santería.

Si bien muchos de esos seres y dimensiones son herencia española, católica e indígena, en la actualidad ha habido lo que los especialistas llaman una readecuación y trasposición.

Gaytán refiere que como en las ciudades contemporáneas, en esas dimensiones y entidades existe un “panteón de divinidades” organizado jerárquicamente de forma muy semejante a la de un gobierno.

“Así como nosotros tenemos presidentes, gobernadores, síndicos y policías, en los panteones divinos hay un presidente del infierno; el señor del Agua tiene a sus topiles o policías, hay un secretario de la Tierra, etcétera”, describe.

Del argot brujeril
Brujo (a)
: Persona supuestamente dotada de poderes mágicos en determinadas culturas.
Curandero (a): Persona que, sin ser médico, ejerce prácticas curativas empíricas o rituales.

Santero (a): Persona que cree o practica la santería (sincretismo entre creencias africanas y la religión católica).

Chamán: Hechicero al que se supone dotado de poderes sobrenaturales para sanar a los enfermos, adivinar, invocar a los espíritus, etcétera.

Adivino:
Persona que predice lo futuro o descubre lo oculto, por medio de agüeros o sortilegios.

Trabajo: Preparación por medio de poderes sobrenaturales de una persona para protegerla o para perjudicarla, y de una cosa para usarla como amuleto.

Amarre: Encantamiento para asegurar que alguien quede enamorado y sujeto a la voluntad y arbitrio de otra persona.

Fuente: Diccionario de la Real Academia Española